"Y con las luces del alba antes que tú te despiertes se hará ceniza el deseo me marcharé para siempre".
Siempre sintió esa canción suya, sabía que nada era para siempre.
Aquel día no habría marcha atrás, ya fueron muchas vueltas las que tuvieron.
Ella solo quiere sentirse una mujer amada, sueña en el día en que llegue esa persona con las atenciones que necesita para sentirse un poco mejor.
Pero ¿acaso no es amada de verdad? se cuestiona. Ella cree que sí, pero no es el amor que necesita para curarse del todo.
Pero ¿puede uno despreciar un amor que no le hace bien? Al fin y al cabo es amor y ningún amor es malo. Ha pasado mucho tiempo en esa lucha, tratando de reinventarse para no despreciar ese amor, pero siente que ya no puede más.
Es un amor plano, repetitivo y en serie y como versa la canción "antes de que me quieras como se quiere a un gato, me marcho con cualquiera que se parezca a ti".
Tal vez esa alma aferrada a la poesía le juega una mala pasada. Tal vez esa poesía que encontró en las canciones las busca en la realidad y no existen.
Podría quizá buscar por siempre algo que no llegará, un tipo de amor que no perdura. Un estado del amor que no dura para siempre.
Pero, ¿no se merece hacer el intento? ¿no merece que alguien haga el intento por ella?
Ella busca a su alma gemela alguien que haga lo que a ella le gustaría y sería capaz de hacer también. Ella busca lo imposible.