¡Ay Dios! ¡Pobre damisela! Mira que perder a su madre el día de su cumpleaños, pero no cualquier día de cumpleaños, sino el día que ella más esperaba para decirle a todos que la habían pedido en matrimonio ¡Qué tragedia! Mira que la depresión por la que pasó luego de perder a su madre, el único ser que tenía en su vida, la llevó a perder al que iba a ser su futuro esposo ¡Cuántos sueños truncos en tan poco tiempo! Mira que preparar una casa especialmente para una pareja y su madre y tener que ir a vivir sola ¡Qué triple soledad! Mira que haber comprado una casa lejos de todos para empezar de cero con su esposo y su madre y ahora hallarse sola y sin ningún conocido cerca ¡Cuánta desgracia junta! Mira que gustarle sólo el cine mudo por su tristeza y no poder siquiera sollozar a gusto por la película y por ella ¡Qué injusticia!.
